23.2.15

Siempre he dicho que no tengo personalidad


Siempre he dicho que no tengo personalidad, soy de los que si ve una cola me pongo detrás sin saber siquiera porqué las personas están delante de mi esperando, pero siempre pienso “Algo bueno darán si hay tanta gente esperando”, y más o menos esto es lo que me pasó a mi en Sevilla.

Todo empezó en febrero-marzo del año pasado, cuando el gran David dejó de venir con Lander, Peponi y Antonio a Natación los martes y jueves. La verdad es que nos dio pena, es un tío que es capaz de alegrarte el día con algún comentario en el WhatssApp o con alguna palabra de ánimo, pero hizo que me picara el gusanillo de volver a correr.

No os creáis que fue fácil… Lo digo y lo seguiré diciendo… Odio correr, pero le comenté al hombre impasible Carlos; que un día de estos me iba a apuntar a correr aunque todavía no lo había decidido, mi sorpresa fue mayúscula cuando a la semana siguiente me dijo que las clases empezaban el jueves. 

Así, llegó el jueves, fui al “poli” y vi a un grupito muy parecido, todos llevaban camisetas de carreras populares diversas, pero lo importante… Ví a David y le saludé ya que era al único que conocía.  ¡¡¡Él me presentó a mil personas aunque no me acuerdo del nombre ni de la cara de ninguno de ellos!!!!

Comenzó ese primer entrenamiento siendo bastante raro, sé que corrimos un ratito (a mi me pareció que el ritmo era bastante alto), luego no sé porqué movíamos las piernas para adelante y para atrás como haciendo péndulos (todavía sigo sin saber para qué lo hacemos) , después nos pusimos en dos filas a hacer cosas raras como dar saltitos pequeñitos echando el peso hacia delante, y otros mil ejercicios que hacían fatal. Posteriormente, nos pusimos a hacer planchas, correr durante 4 minutos y luego hacer flexiones, abdominales y saltos donde Irene no nos dejaba un respiro. Para terminar, otra vez a correr y al Polideportivo a estirar, donde empiezas a ver que todo el mundo comenta cómo ha ido el entrenamiento de hoy y la próxima carrera que tienen.

Van transcurriendo los meses con pruebas de triatlón y demás; y un día recibes un email, de un tal Sergio (todavía no sabía quien era quien) donde nos hace una crónica de donde había competido el OET Team y los resultados de cada uno de ellos y no puedo evitar pensar “Estos tíos son unos cracks” ¡¡¡Menudos tiempazos hacen, algún día me gustaría que me nombren a mi por algo que he conseguido hacer!!!

Pasa el verano y veo que hay mucho movimiento por el WhatssApp, parece ser que han salido las inscripciones al maratón de Sevilla y la gente se está apuntando. Entonces pienso… Con lo que odio correr no voy a hacer un maratón en la vida,  y se lo comento al “Primo” ese mismo jueves en el retiro, dado lo cual se ríe… Todavía no sé si se ríe de mi porque sabe que caeré y me apuntaré o porque piensa mientras me mira… Pobre diablo este no sabe lo que dice.

Pero como ya os dije antes y no tengo personalidad, el 19/9/2014 me apunté al Maratón. Creo que fui el número 20 del grupo en apuntarme y vi un Óleee de Rocío en ese mismo momento. Aún no sabía las horas de rodajes, series, y experiencias que iba a pasar en estos 6 meses extraordinarios.

En consecuencia, empiezan los entrenos, te metes en la página web y ves que tienes 5 series de 1.000 metros más 2 km de rodaje, el jueves tienes otras tantas series, el sábado 8 km y el domingo 12. Pienso… ¡¡¡No puedo correr tanto ni en el Wii Sport!!! Si nunca he corrido más de 10 km no puedo ahora, la primera semana, meterme casi 30… ¡¡¡Imposible!!! Hablo con Carlos y decide incluir un grupo B de maratón que me viene perita (Esa primera semana corrí 8 km el domingo y, la primera canción que escuché fue Counting stars de One republic, nota para mi importante que me encanta esta canción y no podía correr más)

Van pasando las semanas y vas viendo que lo más importante de este grupo es el compañerismo; todos, absolutamente todos, te van dando consejos como expertos corredores que son los que vas aplicando en el día a día. Unos te hablan de zapatillas, otros de estiramientos, otros de ritmos pero, al fin y al cabo, todos te ayudan.

Otro momento que recuerdo, es que estaba en el trabajo y recibo una llamada, todavía no tenía el teléfono grabado, era Roció que me avisaba que los billetes a Sevilla del Ave ya estaban y que si iba el viernes me fuera con ellos en el tren (a mi el lado oscuro desde ese momento me ha inducido). Le contesto que claro, que muchas gracias y que cuente conmigo. Es en ese momento cuando me doy cuenta… Voy a hacerlo seguro o, por lo menos, intentarlo.

Siguen pasando las semanas de entrenamientos, hablas con unos y con otros, y te sigues dando cuenta de que esto es una familia, tienes a los padres (Laura la sonriente, Carlos e impasible , y El gran Juancho); que te dicen qué es lo que tienes que hacer esa semana, te corrigen la técnica y te sacan una sonrisa siempre; los hermanos mayores (Rocío, Luis, Jesús, Isidro, Rafa, Primo, Elena, Jose Maria, Jose Manuel, Juan Luís, Pilar, Macarena, Jesus B. Juan, Ana, Juanjo, Antonio, Lander, David, Rodolfo, Pepe, Rosa, Tania, Andrea, Nata, Manuel, Iker, Andoni, Raúl…) y muchos con los que vas compartiendo entrenos que te van dando consejos sobre carreras en general.

Sé que soy un poco coñazo, y que alguno estará ya cansado de leer tanto, pero me vienen recuerdos a la cabeza como los miles de días que Luis (Como dice Nata muy bien dicho… Nuestro Mentor) ha ido tirando de Nata y de mí en las series, las miles de veces que Rocío, en los rodajes, ha dicho  que vamos más rápido de lo que tenemos que ir, pero aún así, la tía es la última que afloja.

Como decía antes, el lado oscuro me había iniciado, pero no me había acabado de meterme yo de lleno, eso de correr a las 07:00 de la mañana no lo veía yo muy claro entonces (ni sigo viendo todas las veces que he ido a correr a esa hora no viéndose ni un pimiento) pero oye, que mejor plan para un domingo…. Antes se me ocurrían muchísimos, ahora, no hay ninguno.
           
Así llegó el primer día que decides hacer la serie larga 28 km con ellos, para mí fue uno de los días más bonitos en los que he corrido. Tuve una clase magistral de maratón de mis hermanos mayores, me dijeron los km en los que ellos se tomaban los geles, cuándo había que tomarlos, cómo había que tomarlos con agua para conservar mis energías los primeros km y mil cosas más que he aplicado posteriormente. Fijaros lo bien que me sentí, que la semana siguiente repetí y nos hicimos 26 km. Son dos días que guardo en la cabeza ya que fueron durísimos por el frio y la nieve que cayó, pero fueron dos días en los que me sentí orgulloso de poder compartir mi sufrimiento con este equipo.

Llegamos al último mes, mis nervios a flor de piel, compruebo que los km que antes se me hacían largos ahora se me dan de maravilla; veo que mis tiempos mejoran, que todos me dicen que he perdido mucho peso y que con mis amigos mi único tema de conversación es el maratón, pero mi única preocupación era si iba a poder acabarlo, lo iba a hacer, pero es posible que acabara gateando (Una semana antes de Sevilla, Hyvon Ngetich lo acabo de esa forma en EEUU).

Sé que parece que estoy haciendo una crónica de los entrenos y para nada, quiero hacer una del maratón de Sevilla que para eso es para lo que he venido, pero como ustedes saben de sobra, el maratón no consiste en los 42kilometros y 190 metros, eso es lo de menos. Lo más importante, en mi opinión, son los entrenos donde vas comprobando cómo todos los objetivos a corto plazo que te vas poniendo, los logras.

Última semana, ya está todo el pescado vendido, solo esperas que llegue el viernes para coger el tren e irte, no ves que llegue el día; pero únicamente piensas en eso. Si hubiera habido torreznos, a lo mejor hubiera pasado mejor la semana.

Llega el viernes, coges el tren, con Jesús, Rocío  y Luís; todos hablando relajadamente pero se notan los nervios en los ojos. Y yo pienso, si ellos están nerviosos y son unos pros, es normal que yo esté también nervioso, pero llega la frase demoledora de Rocío…. “Tú estás nervioso por el maratón y todavía no los has corrido, nosotros lo estamos porque sabemos lo que es… “ Esta frase se me ha quedado grabada, ahora sé lo que es y creo que voy a sentir los nervios en cada uno de los maratones de mi vida, aunque los nervios serán diferentes.  

Sábado, sales a rodar un poquito, en ese momento recuerdo mi primer rodaje y todas y cada una de las caras que me han acompañado en este viaje, caras que de alegría, sufrimiento y de objetivos conseguidos, por lo menos, estamos en la línea de salida o hemos intentado estar. Pues llega el momento de a las 19:00 ¿¿¿meditación??? Pienso ¡¿qué carallada es esta?! Voy a ir porque luego al restaurante iremos todos juntos, pero una siesta hasta las 8 no me vendría mal pero oye, que le vamos a hacer. Y es en ese momento cuando veo un video que me deja de piedra, fotos de todo el equipo en diferentes carreras con las que no pude evitar emocionarme.

Vamos a cenar y veo que los veteranos en esta y mil batallas han pedido solo pasta… Pienso, mierda, tendría que haber preguntado este punto.

Y finalmente llega el domingo…. te levantas, te embadurnas de vaselina y sales a la calle después de haber desayunado. Yo estoy de los nervios, vas viendo gente como tu que va hacia el maratón y vas sintiendo un ambiente indescriptible, casi mágico ya que son miles y miles de personas nerviosas, deseando que sean las 09:00 horas en punto para empezar lo que muchos siguen creyendo que es de locos.

Como yo no me quedaba en el hotel con el resto del equipo, estoy preocupado por no poder oír ninguna voz amiga que me tranquilice en el último momento. Menos mal que a lo lejos veo a la marea azul acercarse, con Rafa a la cabeza, y me doy cuenta que estoy salvado,¡¡¡ escucharé una voz amiga antes de empezar!!! Lo bueno es que no fue una, fueron las de todos.

Nos situamos en nuestro cajón de salida Roció, Luís, Rodolfo, el Primo y yo, viniendo otra alegría, vemos a Laura y a Juancho para hacernos fotos. ¡¡¡Vamos, por lo menos tendré una foto que subir al Facebook!!!!!, pienso.

Y empezamos….. Roció y Rodolfo salen escopetados y el primo tras ellos, pienso… esta no es mi guerra., me quedo con Luis que ha sido mi compañero en mil fatigas hasta que me dice que tiene que ir al baño…. Mierda pienso... me quedo solo… me vuelven las dudas… ¿podré?

Van pasando los primeros 5 km y la verdad es que me siento muy bien, voy a 5,30 más o menos, pero muy suelto; me relajo un poco, quedan todavía muchos km hasta la meta pero en ese momento veo al primo y nos ponemos a correr juntos, la verdad es que es un gustazo correr con alguien conocido pero, sobre todo, escuchar a un loco desde la derecha que te anima a muerte y te hace fotos. Y con él a todo el OET Team de animación lo cual hace que ese momento sepas que puedes hacerlo, que puedes con todo.

Continuamos corriendo y vemos al del globito de las 4 horas horas. El pobre… Ha recibido más insultos por mi parte que nadie nunca ya que iba más rápido de lo que mi reloj decía y eso me estaba fastidiando a más no poder… Aunque el tío, Joaquín me han dicho que se llama un amigo sevillano que lo conoce, en el Km 21 lo pasa en 2 horas…. Joder, entonces, va a ser que tiene razón en el tiempo el tío.

El Primo y yo seguimos corriendo muy cómodos y veo a mi familia que me anima, y que queréis que os diga, te emocionas mucho. No sé si fue por las ganas de verles o porque en ese momento es lo que más necesitas, ver una cara sonriente que te anime a seguir corriendo, que te diga que puedes, que te ayude en ese instante para dar un paso más, ¡¡¡es lo más reconfortante del mundo!!!!

Km 24, pienso que el primero ya habrá acabado y que maquina el tío, aunque no os voy a mentir, yo iba genial sin ningún problema. En ese momento, el primo dice… yo solo he entrenado 24 km como tirada larga. Pienso… máquina vas muy bien.  Solo espero que no me dejes solo ahora que me está molando ir acompañado. ¡¡¡Toma ya!!!!  En ese momento se pone a correr más, me deja atrás…. Es que cuando hablo subo el pan; aunque no mucho, porque podía verlo desde lejos pero vuelvo a pensar que la velocidad suya no es la mía y sigo corriendo a mi ritmo, tranquilo, disfrutando de la carrera; veo la fábrica de Cruzcampo y, aunque pienso que eso no es cerveza, me encantaría quedarme a que me callaran la boca y probar ese brebaje que hacen ahí

Llegas al Benito Villamarín, giras a la derecha y ves a Laura animándote y al Primo que vuelve a estar contigo, sigues a tu ritmo y km a km piensas que te queda cada vez menos, en el 32 pienso, última hora corriendo, aunque te preocupa ver a gente que está mejor físicamente que tu andando y solo piensas, por favor, un metro más que de esta forma vas a andar , giras a la derecha para entrar en el parque María Luisa y pasas por la Plaza de España; la verdad es que es el único monumento que me doy cuenta de haber pasado y esa zona me encantó.

Vuelvo a ver a mi familia al final de la plaza de España y aprieto un poco, solamente para que me vean con buena cara, salimos y empieza la zona vieja; para mí, uno de los momentos más emocionantes del maratón, ver a la gente como me jalea y me alienta me permite seguir un poco más, y otro poco más, seguimos, quedan 2 kilómetros,  pasamos el Puente del Alamillo, no queda nada pero mis piernas ahora sí que van fundidas y bajo a 6 minutos el Km, ¿dónde narices está el Estadio? No lo veo, aunque sí veo a Juancho que me da un alegrón como nunca he tenido en mi vida y me dice, ¡¡¡venga que no queda nada!!! Entro en un túnel y pienso ¿dónde cojones está el estadio? Sigo sin verlo (No me gusta poner palabrotas pero oye se lo merecía), espero que después de este túnel encuentre el estadio y poder empezar a relajarme pensando que he llegado… y de repente…..

Oscuridad y luz al final del túnel, después de la luz un tartán naranja y césped y a lo lejos la meta… Me entra un poco de asma de la emoción que no me deja respirar, y cual Fermín Cacho en Barcelona; me siento ganador, miro hacia los lados para hacer la coña, pongo la canción de One Republic la cual puse en mi primer día de entreno, bailo, esprinto, mi corazón va al límite, no queda nada, mis ojos se llenan de lágrimas, veo el crono, ¡¡¡no queda nada!!!, paso a gente por el interior , veo que no puedo adelantar a todos los que quería así que me voy hacia el exterior, últimos metros, adelanto, últimos metros, vuelvo a mirar el reloj, últimos metros, ¡¡¡llegamos!!!

En ese mismo momento solo puedes pensar en todo lo que has pasado, todas las alegrías, todos los sacrificios y todas las personas que te han ayudado. Ha merecido la pena; no se puede expresar con palabras ese momento, es sencillamente único; no puedes explicarlo, solo sabes que tu límite ha sido superado y que ha merecido la pena cada uno de los segundos que has dedicado a ello.

Por todo ello, solo puedo decir

Gracias OET Team por hacer que siga sin tener personalidad…
Antón

2 comentarios:

  1. Enhorabuena campeón¡¡¡¡ Pedazo de crónica¡¡¡¡

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  2. ¡Emotiva crónica, Antón!
    Es la prueba más fehaciente de que cualquiera, aunque no lo sospeche, puede caer en la red del running y, si es frágil de mente, luego termina atrapado en "el lado oscuro".
    Felicidades por haber terminado tu primera maratón que seguro es el punto de partida de muchas más.
    Un abrazo.
    Pepe

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