Siempre he dicho que no tengo personalidad, soy de los que si ve una cola me pongo detrás sin saber siquiera porqué las personas están delante de mi esperando, pero siempre pienso “Algo bueno darán si hay tanta gente esperando”, y más o menos esto es lo que me pasó a mi en Sevilla.
Todo empezó en febrero-marzo del año
pasado, cuando el gran David dejó de venir con Lander, Peponi y Antonio a
Natación los martes y jueves. La verdad es que nos dio pena, es un tío que es
capaz de alegrarte el día con algún comentario en el WhatssApp o con alguna
palabra de ánimo, pero hizo que me picara el gusanillo de volver a correr.
No os creáis que fue fácil… Lo digo y lo
seguiré diciendo… Odio correr, pero le comenté al hombre impasible Carlos; que
un día de estos me iba a apuntar a correr aunque todavía no lo había decidido,
mi sorpresa fue mayúscula cuando a la semana siguiente me dijo que las clases
empezaban el jueves.
Así, llegó el jueves, fui al “poli” y vi
a un grupito muy parecido, todos llevaban camisetas de carreras populares
diversas, pero lo importante… Ví a David y le saludé ya que era al único que
conocía. ¡¡¡Él me presentó a mil
personas aunque no me acuerdo del nombre ni de la cara de ninguno de ellos!!!!
Comenzó ese primer entrenamiento siendo
bastante raro, sé que corrimos un ratito (a mi me pareció que el ritmo era
bastante alto), luego no sé porqué movíamos las piernas para adelante y para
atrás como haciendo péndulos (todavía sigo sin saber para qué lo hacemos) ,
después nos pusimos en dos filas a hacer cosas raras como dar saltitos
pequeñitos echando el peso hacia delante, y otros mil ejercicios que hacían
fatal. Posteriormente, nos pusimos a hacer planchas, correr durante 4 minutos y
luego hacer flexiones, abdominales y saltos donde Irene no nos dejaba un
respiro. Para terminar, otra vez a correr y al Polideportivo a estirar, donde
empiezas a ver que todo el mundo comenta cómo ha ido el entrenamiento de hoy y
la próxima carrera que tienen.
Van transcurriendo los meses con pruebas
de triatlón y demás; y un día recibes un email, de un tal Sergio (todavía no
sabía quien era quien) donde nos hace una crónica de donde había competido el
OET Team y los resultados de cada uno de ellos y no puedo evitar pensar “Estos
tíos son unos cracks” ¡¡¡Menudos tiempazos hacen, algún día me gustaría que me
nombren a mi por algo que he conseguido hacer!!!
Pasa el verano y veo que hay mucho
movimiento por el WhatssApp, parece ser que han salido las inscripciones al
maratón de Sevilla y la gente se está apuntando. Entonces pienso… Con lo que
odio correr no voy a hacer un maratón en la vida, y se lo comento al “Primo” ese mismo jueves en
el retiro, dado lo cual se ríe… Todavía no sé si se ríe de mi porque sabe que
caeré y me apuntaré o porque piensa mientras me mira… Pobre diablo este no sabe
lo que dice.
Pero como ya os dije antes y no tengo
personalidad, el 19/9/2014 me apunté al Maratón. Creo que fui el número 20 del
grupo en apuntarme y vi un Óleee de Rocío en ese mismo momento. Aún no sabía
las horas de rodajes, series, y experiencias que iba a pasar en estos 6 meses
extraordinarios.
En consecuencia, empiezan los entrenos,
te metes en la página web y ves que tienes 5 series de 1.000 metros más 2 km de
rodaje, el jueves tienes otras tantas series, el sábado 8 km y el domingo 12.
Pienso… ¡¡¡No puedo correr tanto ni en el Wii Sport!!! Si nunca he corrido más
de 10 km no puedo ahora, la primera semana, meterme casi 30… ¡¡¡Imposible!!! Hablo
con Carlos y decide incluir un grupo B de maratón que me viene perita (Esa primera
semana corrí 8 km el domingo y, la primera canción que escuché fue Counting
stars de One republic, nota para mi importante que me encanta esta canción y no
podía correr más)
Van pasando las semanas y vas viendo que
lo más importante de este grupo es el compañerismo; todos, absolutamente todos,
te van dando consejos como expertos corredores que son los que vas aplicando en
el día a día. Unos te hablan de zapatillas, otros de estiramientos, otros de
ritmos pero, al fin y al cabo, todos te ayudan.
Otro momento que recuerdo, es que estaba
en el trabajo y recibo una llamada, todavía no tenía el teléfono grabado, era Roció
que me avisaba que los billetes a Sevilla del Ave ya estaban y que si iba el
viernes me fuera con ellos en el tren (a mi el lado oscuro desde ese momento me
ha inducido). Le contesto que claro, que muchas gracias y que cuente conmigo. Es
en ese momento cuando me doy cuenta… Voy a hacerlo seguro o, por lo menos,
intentarlo.
Siguen pasando las semanas de
entrenamientos, hablas con unos y con otros, y te sigues dando cuenta de que
esto es una familia, tienes a los padres (Laura la sonriente, Carlos e
impasible , y El gran Juancho); que te dicen qué es lo que tienes que hacer esa
semana, te corrigen la técnica y te sacan una sonrisa siempre; los hermanos
mayores (Rocío, Luis, Jesús, Isidro, Rafa, Primo, Elena, Jose Maria, Jose
Manuel, Juan Luís, Pilar, Macarena, Jesus B. Juan, Ana, Juanjo, Antonio,
Lander, David, Rodolfo, Pepe, Rosa, Tania, Andrea, Nata, Manuel, Iker, Andoni,
Raúl…) y muchos con los que vas compartiendo entrenos que te van dando consejos
sobre carreras en general.
Sé que soy un poco coñazo, y que alguno
estará ya cansado de leer tanto, pero me vienen recuerdos a la cabeza como los
miles de días que Luis (Como dice Nata muy bien dicho… Nuestro Mentor) ha ido
tirando de Nata y de mí en las series, las miles de veces que Rocío, en los
rodajes, ha dicho que vamos más rápido
de lo que tenemos que ir, pero aún así, la tía es la última que afloja.
Como decía antes, el lado oscuro me
había iniciado, pero no me había acabado de meterme yo de lleno, eso de correr
a las 07:00 de la mañana no lo veía yo muy claro entonces (ni sigo viendo todas
las veces que he ido a correr a esa hora no viéndose ni un pimiento) pero oye,
que mejor plan para un domingo…. Antes se me ocurrían muchísimos, ahora, no hay
ninguno.
Así llegó el primer día que decides
hacer la serie larga 28 km con ellos, para mí fue uno de los días más bonitos
en los que he corrido. Tuve una clase magistral de maratón de mis hermanos
mayores, me dijeron los km en los que ellos se tomaban los geles, cuándo había
que tomarlos, cómo había que tomarlos con agua para conservar mis energías los
primeros km y mil cosas más que he aplicado posteriormente. Fijaros lo bien que
me sentí, que la semana siguiente repetí y nos hicimos 26 km. Son dos días que
guardo en la cabeza ya que fueron durísimos por el frio y la nieve que cayó,
pero fueron dos días en los que me sentí orgulloso de poder compartir mi
sufrimiento con este equipo.
Llegamos al último mes, mis nervios a
flor de piel, compruebo que los km que antes se me hacían largos ahora se me
dan de maravilla; veo que mis tiempos mejoran, que todos me dicen que he
perdido mucho peso y que con mis amigos mi único tema de conversación es el
maratón, pero mi única preocupación era si iba a poder acabarlo, lo iba a hacer,
pero es posible que acabara gateando (Una semana antes de Sevilla, Hyvon
Ngetich lo acabo de esa forma en EEUU).
Sé que parece que estoy haciendo una
crónica de los entrenos y para nada, quiero hacer una del maratón de Sevilla
que para eso es para lo que he venido, pero como ustedes saben de sobra, el
maratón no consiste en los 42kilometros y 190 metros, eso es lo de menos. Lo
más importante, en mi opinión, son los entrenos donde vas comprobando cómo todos
los objetivos a corto plazo que te vas poniendo, los logras.
Última semana, ya está todo el pescado vendido,
solo esperas que llegue el viernes para coger el tren e irte, no ves que llegue
el día; pero únicamente piensas en eso. Si hubiera habido torreznos, a lo mejor
hubiera pasado mejor la semana.
Llega el viernes, coges el tren, con
Jesús, Rocío y Luís; todos hablando
relajadamente pero se notan los nervios en los ojos. Y yo pienso, si ellos
están nerviosos y son unos pros, es normal que yo esté también nervioso, pero
llega la frase demoledora de Rocío…. “Tú estás nervioso por el maratón y
todavía no los has corrido, nosotros lo estamos porque sabemos lo que es… “
Esta frase se me ha quedado grabada, ahora sé lo que es y creo que voy a sentir
los nervios en cada uno de los maratones de mi vida, aunque los nervios serán
diferentes.
Sábado, sales a rodar un poquito, en ese
momento recuerdo mi primer rodaje y todas y cada una de las caras que me han
acompañado en este viaje, caras que de alegría, sufrimiento y de objetivos
conseguidos, por lo menos, estamos en la línea de salida o hemos intentado estar.
Pues llega el momento de a las 19:00 ¿¿¿meditación??? Pienso ¡¿qué carallada es
esta?! Voy a ir porque luego al restaurante iremos todos juntos, pero una
siesta hasta las 8 no me vendría mal pero oye, que le vamos a hacer. Y es en ese
momento cuando veo un video que me deja de piedra, fotos de todo el equipo en
diferentes carreras con las que no pude evitar emocionarme.
Vamos a cenar y veo que los veteranos en
esta y mil batallas han pedido solo pasta… Pienso, mierda, tendría que haber
preguntado este punto.
Y finalmente llega el domingo…. te
levantas, te embadurnas de vaselina y sales a la calle después de haber
desayunado. Yo estoy de los nervios, vas viendo gente como tu que va hacia el
maratón y vas sintiendo un ambiente indescriptible, casi mágico ya que son
miles y miles de personas nerviosas, deseando que sean las 09:00 horas en punto
para empezar lo que muchos siguen creyendo que es de locos.
Como yo no me quedaba en el hotel con el
resto del equipo, estoy preocupado por no poder oír ninguna voz amiga que me
tranquilice en el último momento. Menos mal que a lo lejos veo a la marea azul
acercarse, con Rafa a la cabeza, y me doy cuenta que estoy salvado,¡¡¡
escucharé una voz amiga antes de empezar!!! Lo bueno es que no fue una, fueron
las de todos.
Nos situamos en nuestro cajón de salida Roció,
Luís, Rodolfo, el Primo y yo, viniendo otra alegría, vemos a Laura y a Juancho
para hacernos fotos. ¡¡¡Vamos, por lo menos tendré una foto que subir al
Facebook!!!!!, pienso.
Y empezamos….. Roció y Rodolfo salen
escopetados y el primo tras ellos, pienso… esta no es mi guerra., me quedo con
Luis que ha sido mi compañero en mil fatigas hasta que me dice que tiene que ir
al baño…. Mierda pienso... me quedo solo… me vuelven las dudas… ¿podré?
Van pasando los primeros 5 km y la verdad
es que me siento muy bien, voy a 5,30 más o menos, pero muy suelto; me relajo
un poco, quedan todavía muchos km hasta la meta pero en ese momento veo al
primo y nos ponemos a correr juntos, la verdad es que es un gustazo correr con
alguien conocido pero, sobre todo, escuchar a un loco desde la derecha que te
anima a muerte y te hace fotos. Y con él a todo el OET Team de animación lo
cual hace que ese momento sepas que puedes hacerlo, que puedes con todo.
Continuamos corriendo y vemos al del
globito de las 4 horas horas. El pobre… Ha recibido más insultos por mi parte
que nadie nunca ya que iba más rápido de lo que mi reloj decía y eso me estaba
fastidiando a más no poder… Aunque el tío, Joaquín me han dicho que se llama un
amigo sevillano que lo conoce, en el Km 21 lo pasa en 2 horas…. Joder,
entonces, va a ser que tiene razón en el tiempo el tío.
El Primo y yo seguimos corriendo muy
cómodos y veo a mi familia que me anima, y que queréis que os diga, te
emocionas mucho. No sé si fue por las ganas de verles o porque en ese momento
es lo que más necesitas, ver una cara sonriente que te anime a seguir corriendo,
que te diga que puedes, que te ayude en ese instante para dar un paso más, ¡¡¡es
lo más reconfortante del mundo!!!!
Km 24, pienso que el primero ya habrá acabado y que maquina el tío,
aunque no os voy a mentir, yo iba genial sin ningún problema. En ese momento, el
primo dice… yo solo he entrenado 24 km como tirada larga. Pienso… máquina vas
muy bien. Solo espero que no me dejes
solo ahora que me está molando ir acompañado. ¡¡¡Toma ya!!!! En ese momento se pone a correr más, me deja
atrás…. Es que cuando hablo subo el pan; aunque no mucho, porque podía verlo
desde lejos pero vuelvo a pensar que la velocidad suya no es la mía y sigo
corriendo a mi ritmo, tranquilo, disfrutando de la carrera; veo la fábrica de
Cruzcampo y, aunque pienso que eso no es cerveza, me encantaría quedarme a que
me callaran la boca y probar ese brebaje que hacen ahí
Llegas al Benito Villamarín, giras a la
derecha y ves a Laura animándote y al Primo que vuelve a estar contigo, sigues
a tu ritmo y km a km piensas que te queda cada vez menos, en el 32 pienso, última
hora corriendo, aunque te preocupa ver a gente que está mejor físicamente que
tu andando y solo piensas, por favor, un metro más que de esta forma vas a
andar , giras a la derecha para entrar en el parque María Luisa y pasas por la Plaza
de España; la verdad es que es el único monumento que me doy cuenta de haber
pasado y esa zona me encantó.
Vuelvo a ver a mi familia al final de la
plaza de España y aprieto un poco, solamente para que me vean con buena cara, salimos
y empieza la zona vieja; para mí, uno de los momentos más emocionantes del
maratón, ver a la gente como me jalea y me alienta me permite seguir un poco
más, y otro poco más, seguimos, quedan 2 kilómetros, pasamos el Puente del Alamillo, no queda nada
pero mis piernas ahora sí que van fundidas y bajo a 6 minutos el Km, ¿dónde
narices está el Estadio? No lo veo, aunque sí veo a Juancho que me da un alegrón
como nunca he tenido en mi vida y me dice, ¡¡¡venga que no queda nada!!! Entro
en un túnel y pienso ¿dónde cojones está el estadio? Sigo sin verlo (No me
gusta poner palabrotas pero oye se lo merecía), espero que después de este
túnel encuentre el estadio y poder empezar a relajarme pensando que he llegado…
y de repente…..
Oscuridad y luz al final del túnel, después
de la luz un tartán naranja y césped y a lo lejos la meta… Me entra un poco de
asma de la emoción que no me deja respirar, y cual Fermín Cacho en Barcelona;
me siento ganador, miro hacia los lados para hacer la coña, pongo la canción de
One Republic la cual puse en mi primer día de entreno, bailo, esprinto, mi
corazón va al límite, no queda nada, mis ojos se llenan de lágrimas, veo el
crono, ¡¡¡no queda nada!!!, paso a gente por el interior , veo que no puedo
adelantar a todos los que quería así que me voy hacia el exterior, últimos
metros, adelanto, últimos metros, vuelvo a mirar el reloj, últimos metros,
¡¡¡llegamos!!!
En ese mismo momento solo puedes pensar
en todo lo que has pasado, todas las alegrías, todos los sacrificios y todas
las personas que te han ayudado. Ha merecido la pena; no se puede expresar con
palabras ese momento, es sencillamente único; no puedes explicarlo, solo sabes
que tu límite ha sido superado y que ha merecido la pena cada uno de los
segundos que has dedicado a ello.
Por todo ello,
solo puedo decir
Gracias OET Team
por hacer que siga sin tener personalidad…
Antón
Enhorabuena campeón¡¡¡¡ Pedazo de crónica¡¡¡¡
ResponderEliminar¡Emotiva crónica, Antón!
ResponderEliminarEs la prueba más fehaciente de que cualquiera, aunque no lo sospeche, puede caer en la red del running y, si es frágil de mente, luego termina atrapado en "el lado oscuro".
Felicidades por haber terminado tu primera maratón que seguro es el punto de partida de muchas más.
Un abrazo.
Pepe